Evangelización del Trabajador

I

Haz un buen trabajo como cristiano

Cuando tengas la oportunidad de hablar del evangelio a uno de tus compañeros de trabajo, asegúrate de que ya has estado mostrándolo por medio de ser un buen trabajador. Crea una buena reputación como alguien que trabaja con propósito, creatividad, bondad, y ánimo. Entonces, cuando llegues a compartir el evangelio, la gente verá cómo reflejas el carácter de tu Rey.

Puedes sostener tus retos profesionales a la luz del evangelio y reflexionar sobre cómo puedes aproximarte a ellos, "como para el Señor" (Colosenses 3:23). ¿Te pondría Jesús a tomar atajos en ese proyecto? ¿Haría que engañaras al cliente haciendo un trabajo barato? ¿Le gustaría el que trataras mal a tus empleados cuando cometen errores, incluso errores tontos? ¿Haría que pasaras todo un día con depresión en un espíritu de resentimiento e ira? No. Él te haría enfrentar tus retos con la fe de que, al final, cada desafío viene de su mano. En medio de todo esto, Él te haría "brillar entre ellos como estrellas en el cielo mientras te aferras a la palabra de vida" (Fil. 2:16). De esta forma, el evangelio del que hablas será confirmado a los ojos de aquellos que te observan.

2. Aprende a traer a Dios a la conversación

¡Sí, simplemente menciónalo! Deja que las personas sepan en una forma natural, tranquila y confiada que eres cristiano. ¿Por qué tantos creyentes tratan de mantener su cristianismo en secreto? Todos queremos que alguien se nos acerque y nos pregunte sobre el cristianismo (ya que nos ahorra la incómoda experiencia de tener que empezar esa conversación nosotros mismos), pero a menudo ni siquiera damos la oportunidad de que lo hagan.

Deja que las personas sepan en una forma natural, tranquila y confiada que eres cristiano.

Cuando alguien te pregunte qué hiciste el fin de semana, diles que fuiste a la iglesia. Menciona el estudio bíblico al que asistes los martes por la noche. No solo susurres, "Lo siento, no puedo ir a tu fiesta de cumpleaños, estoy ocupado". Di: "No puedo ir porque planeé trabajar en unas cosas en la iglesia este fin de semana". No tienes que ser desagradable ni irresponsable al respecto. Solo asegúrate de que te identificas públicamente con Jesús. Que la gente sepa de alguna manera que eres cristiano, y no censures mentalmente tu

cristianismo en tus interacciones y conversaciones. Te sorprenderás de cómo muchas veces la gente va a aprovechar la oportunidad de hablar en base al poquito de información que les has ofrecido. Muchas veces las personas están más interesadas en las cosas espirituales de lo que piensas. Sólo necesitan un poco de permiso de tu parte para sentirse libres para hablar de ello.

3. Construye relaciones más allá de la oficina

Esfuérzate por romper las barreras personales/profesionales que se puedan formar entre tú y tus compañeros de trabajo. Por supuesto, no debes dejar que tus relaciones se vuelven inapropiadas en ningún modo. Sin embargo, si vas a compartir el evangelio con alguien, eventualmente vas a tener que hablar con ellos acerca de algo distinto del trabajo.

La verdad es que esto no es algo demasiado difícil de hacer. Compartan una taza de café después del trabajo. Haz preguntas que vayan más allá de la superficialidad que a menudo marca las oficinas. Dale un poco de información acerca de ti mismo para que la otra persona también se anime a compartir. Habla acerca de tu familia. Sé honesto acerca de algunas de las luchas en tu vida, o habla acerca de tus esperanzas para el futuro. Con el tiempo, con tus preguntas, tu apertura y tu interés en la vida de ellos, comunicarás que te preocupas mucho más profundamente acerca de ellos que solo por los talentos que aportan a la empresa. Te preocupas por ellos. Van a estar mucho más atentos a escucharte hablar del evangelio si saben que no son solo una pieza más en el equipo profesional.

4. Utiliza el testimonio de la iglesia

A medida que construyes relaciones con la gente, busca la manera de involucrar a otros creyentes de tu iglesia también. Uno de los grandes testigos del evangelio en el planeta es el amor que los cristianos se tienen los unos por los otros (Juan 13:34-35). Si tú y algunos amigos de la iglesia van a salir juntos, invita a uno de tus compañeros de trabajo a venir con ustedes. La conversación no tiene que ser explícitamente espiritual. A veces las interacciones entre un grupo de cristianos normales, interesantes, divertidos e inteligentes, cambiarán toda la perspectiva de una persona sobre el cristianismo. También invita a tus compañeros de trabajo a los servicios de adoración de tu iglesia. Deja que vean lo que es para un grupo de cristianos reunirse y tomar en serio su fe. Muchos nunca han visto nada de eso, y

experimentarlo puede plantear todo tipo de buenas preguntas en sus mentes. Jesús llamó a que sus seguidores se reunieran en iglesias por una razón. Tu familia eclesiástica puede ser un gran recurso evangelístico. Permíteles que sean tus compañeros de trabajo en la medida en que te aferras a la palabra de vida en tu lugar de trabajo.

Deja que vean lo que es para un grupo de cristianos reunirse y tomar en serio su fe.

5. Ten una mentalidad de tu trabajo como "campo misionero"

¿Has considerado que una de las razones por las que Dios te ha puesto en tu trabajo es para que puedas entrar en una subcultura particular con la gracia del evangelio? En nuestra sociedad hay un sinnúmero de grupos de personas que comparten mucho en común simplemente porque trabajan en el mismo campo. Hablan la misma jerga; luchan con los mismos problemas; hacen muchas de las mismas preguntas. Y, tristemente, en muchas de esas subculturas la verdad del evangelio es una rareza. Por ejemplo, me imagino que yo (Sebastian) soy uno entre un número muy pequeño de cristianos que trabajan en el espacio creativo del Internet en la actualidad. Eso significa que tengo el privilegio de ayudar a entrar en esa subcultura con las buenas nuevas. ¿En qué grupo específico te ha puesto el Rey a trabajar todos los días? ¿Arquitectos? ¿Profesores? ¿Vendedores de autos? Pensar acerca de la misión de esa manera nos ayuda a no desanimarnos por el hecho de que hay millones que necesitan salvación. Más bien, somos animados por la idea de que nuestro Rey nos ha enviado a una red específica de amigos y relaciones en las que podemos hablar verdades rara vez oídas.

También podrías considerar el llevar tu trabajo a otra parte del mundo, incluso a los lugares a los que les es difícil a los misioneros ir. La globalización del mundo de los negocios es uno de los desarrollos más importantes en la historia de las misiones. ¿Por qué no considerar ser un ingeniero en Shanghai? ¿Por qué no crear tu negocio en Dubai, Estambul o Moscú, donde millones de personas de cientos de nacionalidades viven y trabajan todos los días? Estos lugares necesitan un fuerte testimonio del evangelio. Misioneros que ya están en estas ciudades serán alentados profundamente por otros cristianos que se muden allí y pongan también sus manos en el arado.

Nota del editor: Este extracto es una adaptación de Greg Gilbert y el nuevo libro de Sebastian Traeger: The Gospel at Work: How Working for King Jesus Gives Purpose and Meaning to Our Jobs (El evangelio en el trabajo: Cómo trabajar para el rey Jesús da sentido y significado a nuestras vidas), Zondervan.

Sebastian Traeger es un empresario y entrepreneur en Washington, D.C.

Greg Gilbert es el pastor principal

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Recibimos la siguiente pregunta: 

Acabo de comenzar un trabajo en el mundo ejecutivo después de seis años en el ministerio vocacional. Una razón que tuve para dejar mi trabajo cristiano fue la oportunidad que tendré de evangelizar, pero podría usar algunos consejos para comenzar. ¿Tienen alguna sugerencia sobre cómo compartir mi fe en el lugar de trabajo?

¡Qué interesante! Aprecio tu corazón por alcanzar a las personas perdidas con las buenas nuevas y tu audacia en buscar una nueva ocupación. Permíteme compartir una declaración profunda sobre evangelizar en el trabajo, y darte algunas sugerencias prácticas.

"Gánate el derecho a que te escuchen". Esto viene de Bill Peel, director del Centro para la Fe y el Trabajo en la Universidad LeTourneau. Como él explica, hemos pasado de un entorno cultural donde se pensaba que el cristianismo tenía algo importante qué decir sobre la vida, a un entorno hoy en día donde se piensa lo contrario. En general, las personas no nos escucharán hasta que logremos obtener el derecho a que nos escuchen.

No se trata de hostilidad hacia Dios, aunque eso es un factor. También se debe a dividir las cosas entre lo que es sagrado y secular. Me refiero a pensar -como lo hacen muchos, si no es que la mayoría de los cristianos de hoy- que la religión se trata de cosas eternas, por lo que no siempre se aplica a nuestras actividades diarias. Dios no hallará lugar en el trabajo si a Dios no le importa nuestro trabajo diario y se preocupa por él; no simplemente como una excusa para darle tratados a las personas, sino por el trabajo en sí mismo.

Así que aquí hay tres sugerencias prácticas:

1. Ve el trabajo en sí como ministerio.

Lo que sea que haga un cristiano -sea escribir informes, conducir camiones, barrer pisos- es ministerio a Dios y al prójimo.

A la gente no le gusta que la hagan menos o que la manipulen. Si solo estás en ese lugar de trabajo para ganarte su conversión, lo sabrán y lo resentirán. El excelente desempeño en el trabajo en sí, por su propio bien, junto con el trato humano a los clientes y compañeros de trabajo, te dará el derecho a que te escuchen. Por ejemplo, Pablo y las tiendas de campaña que fabricaba: este trabajo no habría sido una estrategia de evangelización viable si hubiera hecho tiendas de mala calidad. El hecho es que no has dejado el ministerio a tiempo completo. La palabra "ministerio" simplemente significa "servicio". Todos los cristianos, sin excepción, están en servicio de tiempo completo a Jesucristo, y al mundo que tanto le importa a Él. Lo que sea que haga un cristiano -sea escribir informes, conducir camiones, barrer pisos- es ministerio a Dios y al prójimo. Cuando se hace de una manera que honra a Dios, es un testimonio poderoso que atrae a las personas hacia el testimonio verbal.

2. Sé paciente.

Ganarte el derecho a que te escuchen lleva tiempo. No debes esperar oportunidades evangelísticas rápidamente. Confía en que mientras trabajas con fidelidad, Dios usará tu historial de excelente desempeño y trato humano a las personas para despertar los corazones de quienes te rodean. Tengo un familiar que vino a Cristo después de su retiro. Se convenció de que

Cristo estaba vivo después de reflexionar sobre décadas de haber visto a cristianos hacer su trabajo diario de manera tan diferente.

Ganarte el derecho a que te escuchen lleva tiempo. No debes esperar oportunidades evangelísticas rápidamente.

3. Evangeliza relacionalmente.

Sé que toda la idea de "evangelismo de relación" se ha usado a veces para evitar la proclamación verbal del evangelio. Pero podemos hacer ambas cosas, y te animo a evangelizar relacionalmente en el trabajo. Eso significa no reducir el evangelio a un montón enlatado de puntos. Cuando surgen oportunidades, concéntrate en responderle a la persona que tienes delante, y confía en que a medida que el Señor trabaja en ella, crecerá más su respuesta al evangelio. Esto es especialmente importante en el trabajo, donde la dinámica relacional puede ser compleja y los límites son importantes.

¡Bendiciones en tus esfuerzos!

Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición. Imagen: Unsplash. Greg Forster (PhD, Yale University) es el director de Oikonomia Network, profesor adjunto invitado de fe y cultura en Trinity International University, y el autor de numerosos libros y artículos

Como evangelizar a familiares y compañeros de trabajo (bosquejo)

Marcos 6:1-6

A. Lo que va a ser de mayor impacto en la vida de ellos, no será tanto nuestros sermones o palabras, sino nuestra correcta y consistente conducta como cristianos. I Ped. 3:1-2; Dan 6:16, 20.

1. Un testimonio intachable. Honestidad.

2. Acuérdese que siempre nos están observando y están más listos a observar nuestras fallas que nuestras virtudes...

3. No ceda por ser complaciente, con la idea de caer bien participando de sus malas obras, no quiebre sus convicciones.

4. Es preferible que lo acusen de fanático, aleluya, etc. que de hipócrita. Dan. 6:4, 3:17, 18; I Ped. 2:12; 3:13-17.

5. Ellos siempre tratarán de intimidarlo o empujarlo a dejar sus convicciones, para después burlarse de Ud.

6. Un día ellos estarán en la presencia de Cristo o se convertirán al Señor y se acordarán que hubo entre ellos un verdadero cristiano.

B. Aparte de nuestra firmeza, tenemos que tener cuidado con nuestra actitud correcta hacia ellos. Judas 1:20-23

1. Dios odia el pecado pero ama al pecador.

2. Cuidado con el orgullo en su corazón de creerse mejor que ellos. Eso es fariseísmo y es pecado. Lucas 18:9-12.

3. Hay que tener compasión y paciencia con ellos, no esperando un comportamiento mejor que el nuestro.

4. Ellos por no tener el Espíritu Santo, no entienden muchas cosas que nosotros hacemos o creemos. Acuérdese de cuándo Ud. no era salvo y lo que Ud. hacía o creía de las cosas de Dios.

5. No trate de cambiar a alguien en cuanto a su forma de ser o de hacer las cosas, si no ha sido salvo. Ejemplo: Que deje de fumar, tomar alcohol etc.

6. Si Ud. tiene problemas y surge un conflicto entre ellos, es Ud. quien debe tomar la iniciativa de arreglar la situación. Ud. tiene el Espíritu Santo, ellos no; Ud. tiene la fuente de poder que le capacita para actuar cómo se debe. Filip. 4:13. Un cristiano verdadero no debe tener enemigos (de su parte).

C. Mi vida debería ser de tal manera que alguien pudiera desear tener lo que yo tengo en mi corazon. Mateo 5:20

1. Mi carácter, mi ánimo, mi manera de responder a las tribulaciones que todos enfrentamos hará la diferencia en la opinión de ellos y finalmente afectará su decisión de querer ser cristianos.

2. Ese es el problema de los cristianos hoy en día, viven deseando la carne de Egipto, y viven con una cara de lástima que la gente en vez de sentir deseos de ser cristianos, se asustan.

3. No critique su iglesia, las actividades, el pastor. No se queje de lo que Ud. hace o da para su Señor Jesucristo.

4. Invíteles y hágales venir por lo menos una vez a la iglesia.

Conclusión

Tómeles y seriamente dígales que Ud. tiene un mensaje para ellos. Presénteles el plan de salvación claramente. Será su decisión de aceptar o rechazar. Pero Ud. habrá cumplido su misión.

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¿Eres feliz en tu trabajo?

Empleado feliz: gana todo el mundo Por: Lucia Legorreta | Fuente: yoinfluyo.com

Algunos son felices en su trabajo, otros más lo ven como una maldición, depende de cada perspectiva.

Existen opiniones diversas y extremas en el tema del trabajo, desde aquellos que lo ven como una maldición hasta los que lo perciben como el medio ideal para la realización del ser humano.

Los avances de la ciencia y de la investigación sobre la actividad laboral permiten hoy saber que puede ser ambas cosas, dependiendo de muchas variables que afectan a individuos, organizaciones y países.

Como lo describe Gerver Torres en El País, para algunos el trabajo es una fuente de sufrimiento, angustia, depresión, estrés. Para otros lo es de dicha, bienestar y felicidad. Lo que si podemos afirmar es que el trabajo es una de las variables más importantes en nuestra satisfacción personal.

Esas horas que pasamos en la fábrica o en la oficina definen en buena medida nuestro estado general de felicidad, porque afectan de una u otra forma al resto de nuestras actividades. Estos sentimientos nos lo llevamos a nuestra casa, los trasmitimos a las personas que nos rodean.

Lo que pasa en el trabajo, afecta a nuestra familia y viceversa. No podemos ser felices en nuestra vida, si somos miserables en nuestro trabajo.

Una forma de captar el nivel de dicha en este aspecto es la del compromiso laboral. Es decir, las personas que se sienten altamente implicadas con su función son las que están muy identificadas con lo que hacen, las que buscan siempre

formas de realizarlo mejor, las que emprenden sus tareas diarias con entusiasmo. En resumen, disfrutan su trabajo.

Esas personas enferman menos, se deprimen menos, y cuando se les pregunta sobre su estado general de felicidad, indican valores más altos que aquellos que no están involucrados en su profesión.

¿Te preguntarás de que depende el grado de compromiso y por tanto la felicidad que una persona tenga con su empleo?

La empresa Gallup, después de años de estudio y análisis, ha concluido que existen 12 variables que lo determinan de manera preponderante.

Entre ellas destaca que sientas que estás utilizando tus capacidades, aquello que sabes y puedes hacer mejor. Que tengas oportunidades para aprender y crecer; que seas importante para alguien en tu empresa y que tengas quien te motive continuamente.

Es importante que tus opiniones sean tomadas en cuenta; que te sientas identificado con el propósito u objetivo de la organización en la cual trabajas.

Que tengas al menos un gran amigo entre tus compañeros; que percibas que estos se hayan comprometido con la calidad de sus labores.

Si todas o la mayoría de estas condiciones se cumplen, muy posiblemente eres una persona que está contenta con su empleo.

Para la sorpresa de muchos, el salario no es una variante determinante del compromiso laboral y, por tanto, del bienestar o la felicidad con el trabajo.

Tal y como claramente se desprende del listado de variables, la satisfacción con el trabajo no depende solamente del empleado.

Las organizaciones, los gerentes y los compañeros tienen también un peso importantísimo.

Desde una perspectiva más amplia, el tema de la felicidad en el trabajo ha ido cobrando una creciente importancia no solo porque afecta al bienestar de los trabajadores, sino porque también genera efectos muy importantes en el desempeño de las empresas.

Los profesionales más comprometidos son más productivos, se ausentan menos, originan menos rotación de personal y menor número de accidentes laborales.

En sus lugares de trabajo se producen también menos pérdidas de materiales y suministros.

Algunos estudios han llegado a establecer una relación positiva entre el clima laboral y el precio de las acciones de las compañías.

De manera que cuando un empleado se encuentra altamente implicado, gana todo el mundo. La persona, porque es más feliz; su empresa, porque el trabajador es más productivo, y el país y la sociedad entera porque, como consecuencia, sus niveles de bienestar subjetivo y riqueza material son mayores.

Pregúntate que tan feliz eres en tu trabajo, que tantas de estas variables se presentan en tu empleo actual. Y si eres gerente o director de una empresa, se muy sincero y reflexiona que clima laboral viven tus empleados.

Y recuerda, si un trabajador no está contento en su trabajo, sufre su familia, la empresa y la sociedad entera.

La Eucaristía: ¿presencia real o simbólica de Cristo? 

Hay pasajes difíciles de entender, y el tema aquí tratado es, sin lugar a dudas, uno de ellos. 

Por: Dr. Jorge Rodríguez | Fuente: www.EducarEsAmar.mx.gs

Este es el tema central de nuestra discusión, por eso es que la Eucaristía es llamada el Sacramento de nuestra fe. Nosotros los católicos aceptamos, siguiendo las palabras del mismo Jesús, que durante la Misa bajo las especies de pan y de vino, tras la consagración por el sacerdote, se hace presente, realmente, Jesucristo: en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Para los judíos hablar del cuerpo y sangre de alguien, significaba hablar de la totalidad de la persona. Por eso, Jesús, cuando instituye este sacramento, dice: 'Esto es mi cuerpo... Esta es mi sangre'. En otras palabras nos está diciendo que en el pan y el vino consagrados, se encuentra la plenitud de su persona. Como Jesús es Dios y Hombre verdadero, entonces, se halla presente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y Divinidad de Nuestro Señor. Veamos que ya en el Antiguo Testamento, se consideraba que era necesario el derramamiento de sangre de la víctima ofrecida a Dios en reparación de los pecados:

Lv 5.9 Rociará con su sangre la pared del altar y derramará el resto de la sangre al pie del altar: es un sacrificio por el pecado. Lv 17.11 Porque el alma de todo ser viviente está en su sangre, y yo les di la sangre para que la lleven al altar para el rescate de sus almas, pues esta sangre paga la deuda del alma. Hb 9.22 Según la Ley, la purificación de todo se ha de hacer con sangre, y sin derramamiento de sangre no se quita el pecado.

Jesús es el nuevo cordero, el Cordero de la Nueva Alianza, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, como repite la Iglesia continuamente en todas

las Misas que se celebran a lo largo del mundo: 'Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a esta cena':

Jn 1.36 Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y dijo: 'Ese es el Cordero de Dios'.

Cuando Jesús instaura la Eucaristía, no habla en sentido figurado o simbólico, como dicen equivocadamente nuestros hermanos protestantes. El lenguaje usado por Cristo durante la Ultima Cena no puede ser más evidente. Jesús dice: 'Esto ES mi cuerpo... Esta ES mi sangre' y no 'Esto REPRESENTA...'. Nuestro Señor habla con claridad, sin dejar lugar a dudas:

Mt 26.26-28 Jesús tomó pan,... lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: 'Tomen y coman; esto es mi cuerpo'. Después tomó una copa,... y se la pasó diciendo: 'Beban todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de la Alianza que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados'. Mc 14.22, 24 Se lo dio diciendo: 'Tomen, esto es mi cuerpo'... Y les dijo: Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre'. Lc 22.19-20 'Esto es mi cuerpo, que es entregado por Uds.'... Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes'. 1 Cor 11.23-25 El Señor Jesús,..., tomó pan y,..., lo partió diciendo: 'Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía'... Tomando la copa,... dijo: 'Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía'.

Y para reafirmar lo citado con anterioridad, Jesús dice también que su cuerpo es VERDADERA COMIDA y su sangre, VERDADERA BEBIDA. Nos aclara que no habla con simbolismos, sino que efectivamente el Cuerpo y Sangre que nos dará será realmente para ser comido y bebido, como creemos en la Iglesia Católica. Para nosotros, la Eucaristía es la presencia real de Cristo y no un mero símbolo, como creen los que están fuera de nuestra Iglesia.

Jn 6.53 -54 Jesús les dijo: 'En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día'. Jn 6.55-56 Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.

Es cierto que esto resulta difícil de entender para algunos, como Jesús mismo ya nos lo dice. Al igual que en el desierto, los israelitas dudaban de que Dios podría darles a comer carne, así también cuando vino Cristo, los judíos cuestionaban el cómo les podría dar a comer de su carne:

    Nm 11.4 Los mismos israelitas se pusieron a quejarse. Decían: '¿Quién nos dará carne para comer?' Nm 11.18 Santifíquense para mañana, comerán carne... Pues Uds. dijeron: ¿Quién nos dará carne para comer? ... Yahvé les dará carne y la comerán. Jn 6.52 Los judíos discutían entre sí: '¿Cómo puede éste darnos a comer carne?'

    Desde el principio, la Iglesia se reunía a celebrar la Eucaristía, entonces conocida como Fracción del Pan. Lo hacían el primer día de la semana; es decir, el domingo. Tal y como lo sigue haciendo la Iglesia Católica todos los domingos del año.

    Hch 2.42 Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones. Hch 20.7 El primer día de la semana estábamos reunidos para la fracción del pan.

    Lo que se repite en la Misa, durante la celebración de la Eucaristía tiene su origen en la Palabra de Dios, como podemos ver a continuación. En la Misa se dice: 'Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús'. Esta aclamación se basa en el siguiente texto:

    1 Cor 11.26 Fíjense bien: cada vez que comen este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que vuelva.

    Previa a la Comunión, es necesario haber confesado ante el sacerdote todos los pecados mortales, de lo contrario el pecado que uno comete es de suma gravedad, como nos dicen los siguientes textos bíblicos:

    1 Cor 11.27 El que come el pan o bebe la copa del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor. 1 Cor 11.29 El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo.

    Para terminar, veamos algunos textos más que refuerzan lo que la Eucaristía significa para nuestra Iglesia Católica

    • 1 Cor 10.16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?.
    • Jn 6.35,41 Jesús les dijo: 'Yo soy el pan de vida' ... Los judíos murmuraban porque Jesús había dicho: 'Yo soy el pan que ha bajado del cielo'
    • Jn 6.48 ,50 Yo soy el pan de vida. Aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran.
    • Jn 6.51 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne.
    • Jn 6.58 Este es el pan que ha bajado del cielo... El que coma este pan vivirá para siempre.

    Servir al pobre y al más pequeño, es servir a Jesús

    Palabras del Papa a los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas 

    (RV). - "Dios quiere una Iglesia pobre, que se ponga al servicio de los últimos", lo dijo el Papa Francisco en su homilía en la celebración de las vísperas de este XXV Domingo del Tiempo Ordinario en la Catedral de La Habana.

    Dejando de lado el discurso que tenía preparado, el Santo Padre se dirigió a los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas presentes en la celebración litúrgica, desde el corazón. Tomando como inspiración las palabras del Cardenal Jaime Lucas Ortega, Arzobispo de San Cristóbal de La Habana y del testimonio de la religiosa Yaileny Ponce de las Hijas de la Caridad, el Pontífice afirmó que la pobreza es un término incómodo para la mentalidad mundana que busca la satisfacción personal y el individualismo. "El espíritu del mundo no ama el camino del Hijo de Dios, dijo el Papa, que se vació a sí mismo, se hizo pobre, se hizo nada, se humilló, para ser uno de nosotros".

    Asimismo, el Obispo de Roma resaltó el servicio que muchos misioneros han realizado y realizan en la Isla Caribeña, les agradeció por este servicio sobre todo en favor de los pequeños, los más necesitados. "Hay servicios pastorales que pueden ser más gratificantes desde el punto de vista humano, dijo el Papa, sin ser malos ni mundanos, pero cuando uno busca en la preferencia interior al más pequeño, al más abandonado, al más enfermo, al que nadie tiene en cuenta, al que nadie quiere, el más pequeño, y sirve al más pequeño, está sirviendo a Jesús de manera superlativa"..

    Conciliación trabajo-familia

    Los empleados están contentos con su trabajo, si se les trata bien y tienen estabilidad laboral

             Por: José Luis Mota Garay | Fuente: canarias7.es

    De años a esta parte, se buscan las fórmulas para que se resuelva la tensión trabajo familia y se consiga una eficaz conciliación. Una de las paladinas de esta lucha en España ha sido Nuria Chinchilla, que es profesora y directora del Centro Internacional trabajo y Familia de la Escuela de Negocios IESE, doctora en Economía, casada y con una niña. Aborda este tema de la conciliación, con detalles y soluciones, y otros aspectos del trabajo en su reciente libro: Ser una empresa familiarmente responsable, ¿lujo o necesidad?; que ha completado con la presentación del Estudio IFREI 2006, donde avala estos temas con datos extraídos de amplias encuestas. Concluye que sólo el 50% de las empresas españolas se han tomado en serio el problema de la conciliación; y arremete contra los horarios de trabajo españoles que son «los únicos no europeos», ya que proceden de la guerra civil y los años posteriores, cuando existía el pluriempleo. Hoy en día las jornadas de trabajo siguen con horarios eternos, mientras que en el resto de Europa son mucho más racionales.

    Parecía, hace unas décadas, que para los varones el trabajo era irreconciliable con la familia. Muchos padres se arrepentían de no haber atendido a sus hijos cuando eran pequeños; por lo que luego -al llegar éstos a la adolescencia- se les hacía muy difícil conectar y entenderse con ellos. En el caso de las madres, algunas siempre se han quejado de haber perdido la oportunidad de disfrutar de sus hijos cuando eran chiquillos. Esos desajustes también son causa de tensiones matrimoniales en la pareja. En estos últimos años, la llegada masiva de la mujer al trabajo fuera del hogar ha producido, en bastantes casos por falta de cooperación del padre, la desatención de los hijos pequeños y la desestructuración del hogar, donde todo el mundo está de acuerdo en que el papel de la madre es imprescindible. A esto se añade que hay una tendencia actual a aumentar la natalidad: por necesidades demográficas porque corren vientos de reducir el elevado número de abortos; o por razones de sociología familiar que aconseja un tercer hijo, para que se establezcan triangulaciones psicológicas y afectivas entre los hermanos.

    En este tema no se trata sólo de enunciar los problemas, hay que buscar soluciones concretas y convencer a las empresas y sus directivos. Si a los empleados no se les permite desarrollar todas las facetas de su vida, familiar y personal, comenzarán a estar estresados y habrá un bajón de su productividad y en la calidad del trabajo. Estas deficiencias se reducirían aplicando medidas que fomenten la conciliación: jornadas de trabajo corridas, horarios flexibles, posibilidad de ofertar jornadas reducidas -se entiende con reducción de salarios-, el tele-despacho en casa... Los empleados están contentos con su trabajo, si se les trata bien y tienen estabilidad laboral. Y muchas veces, no abandonarían la empresa, puesto que no ambicionan ganar más, sino modernizar la calidad de vida que permite una mejor atención a la familia y al cultivo personal.

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    Cuando llega un mal inesperado

    Cuando llega un mal de este tipo las reacciones pueden ser muchas. Van desde la negación del problema hasta la rebelión 

    Por: P. Fernando Pascual, L.C. | Fuente: Catholic.ne

    La vida marcha sobre ruedas. Trabajo, familia, amistades, salud, medios económicos: todo parece sonreír. El optimismo domina y el corazón se siente seguro.

    De repente, un mal inesperado rompe la armonía. Puede ser una enfermedad, o un despido sorprendente, o un accidente, o el cambio misterioso del modo de comportarse de alguien de la familia.

    La trayectoria de lo cotidiano sufre un freno radical. Cambian las perspectivas. Los proyectos quedan entre paréntesis. Las seguridades muestran su fragilidad. Hay que reajustarlo todo.

    Cuando llega un mal de este tipo las reacciones pueden ser muchas. Van desde la negación del problema hasta la rebelión, desde una lucha frenética por superarlo hasta una resignación malsana que paraliza por completo a la persona.

    Para quienes observan lo que pasa, resulta difícil entrar en el corazón de quien vive cambios imprevistos. Algunos ofrecen ayuda. Otros simplemente buscan estar cerca, con respeto, quizá con algún consejo oportuno.

    La vida está llena de misterios. Para quienes han vivido durante años en una plácida bonanza resulta muy duro encontrarse con un muro inesperado que cierra las perspectivas y que invita a cambios radicales.

    Cuando llega un mal inesperado, el corazón necesita encontrar fuerzas para vivir con esperanza, humildad para dejarse ayudar, convicciones con las que descubrir el sentido de una existencia que modifica bruscamente su trayectoria.

    En esos momentos, producen un gran alivio la confianza en Dios, la apertura a sus designios misteriosos, y la cercanía de tantas personas buenas, dispuestas a dar una mano sin condiciones.

    Resulta duro sentirse solos en pruebas que llegan impetuosamente. En cambio, quien empieza a descubrir un sentido a la nueva situación y abre los ojos a otros que han pasado por pruebas parecidas, podrá seguir adelante y afrontar un mal inesperado con más esperanza y fortaleza.

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    San José levanta a Jesús en silencio

    El Papa Francisco nos invitó a no perder la capacidad de soñar y abrirnos al mañana con confianza.

    Autor: Personal | Fuente: Vatican News

    En su homilía en la misa en la Casa Santa Marta el martes, el Papa Francisco habla de cómo San José soñó con el futuro mientras se mantiene los pies en la tierra y ayuda silenciosamente a levantar a Jesús.

    El Papa Francisco reflexionó sobre el ejemplo de San José en su homilía en la misa del martes por la mañana. También oró por varios niños eslovacos discapacitados que habían hecho adornos navideños para la capilla.

    En cuanto a San José, el Papa lo llamó "un hombre de sueños ... que sabe cómo acompañar a otros en silencio".

    Sabiduría de los buenos padres

    El Santo Padre dijo que la lectura del Evangelio del día (Mt. 1: 18-25) presenta a José como "un hombre justo, que observó la Ley, trabajó duro, fue humilde y amó a María". Cuando se enfrentó por primera vez con algo que no entendía "Prefería dar un paso atrás", pero "Dios le reveló su misión". Así que San José asumió su nuevo papel de todo corazón y ayudó a criar al Hijo de Dios, "en silencio, sin juzgar, sin hablar mal de los demás, y sin chismes"

    "Lo ayudó a crecer y desarrollarse. Así que buscó un lugar donde naciera el niño. Lo cuidó, lo ayudó a crecer y le enseñó a trabajar: muchas cosas ... en silencio. Nunca tomó posesión del niño para sí mismo. Él silenciosamente lo dejó crecer. Lo dejó crecer: esta idea podría ayudarnos inmensamente, nosotros, que por naturaleza, siempre queremos meter la nariz en todo, especialmente en las vidas de los demás ... Y empezamos a chismear, a hablar ... Pero él lo dejó crecer, cuidándolo en silencio y cuidándolo. ayudándole ".

    El Papa Francisco dijo que muchos padres tienen la sabia actitud de cuidar a sus hijos sin ser dominantes. Dijo que tienen la capacidad de esperar, sin gritar

    inmediatamente si el niño comete un error. Es importante saber esperar, dijo, antes de decir algo para ayudarlos a crecer.

    Dios, dijo el Papa, tiene la misma actitud paciente con Sus hijos, ya que Él espera en silencio.

    Hombre de sueños

    El Santo Padre también exploró la capacidad de soñar de San José, diciendo que era un hombre práctico, pero mantuvo su corazón abierto como "un hombre de sueños" y no como "un soñador".

    "Los sueños son un lugar privilegiado para buscar la verdad, porque allí no podemos defendernos contra la verdad. Vienen, y Dios habla a través de los sueños. No siempre, porque a menudo es nuestro subconsciente el que surge, pero muchas veces Dios elige hablar a través de los sueños. A menudo lo hacía en la Biblia. En sueños. Pero José era un hombre de sueños, pero no un soñador, ¿de acuerdo? Él no era abstracto. Un soñador es algo diferente. Es alguien que cree ... se va ... tiene su cabeza en las nubes y no tiene los pies en el suelo. José tenía los pies en el suelo. Pero él era de mente abierta ".

    No pierdas la capacidad de soñar.

    Finalmente, el Papa Francisco nos invitó a no perder la capacidad de soñar y abrirnos al mañana con confianza, a pesar de las dificultades que puedan surgir.

    "No pierdas la capacidad de soñar el futuro. Cada uno de nosotros necesita soñar con nuestra familia, nuestros hijos y nuestros padres: imaginar cómo me gustaría que se fueran sus vidas. Los sacerdotes también necesitan soñar con lo que queremos para los fieles. Sueña como el joven sueño, que está 'descarado' en sus sueños y encuentra su camino allí. No pierdas la capacidad de soñar, porque soñar es abrir la puerta al futuro. Sé fructífero en el futuro".

    ¡Cuidado con las cadenas de oración!

    ¿Qué nos dice la Iglesia con respecto a este tema?

    ¿A quién de nosotros no nos ha llegado alguna "cadena", ya sea en nuestro correo, Facebook, o actualmente hasta por WhatsApp? Con esos mensajes que nos prometen dinero, milagros, buenas noticias o en caso de no mandarlo algún terrible castigo.

    Muchos que aseguran no creer, lo llegan a compartir: "por si las dudas". Pero lo que no saben muchos católicos con escasa preparación, es que esto es incompatible con la enseñanza de la Iglesia Católica, y no son sólo las "cadenas", sino también otras muchas prácticas y supersticiones que a menudo demostramos.

    Una de las ofensas que hacemos a Dios, es quitarle a Él nuestra total y plena confianza, poniéndola en una imagen de Facebook, mensajes en cadena. Cabe destacar que esto es solo superstición, y ¿Qué es superstición? Según la Real Academia Española: es una creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón, o una fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo. Es decir, la superstición es contraria a la fe.

    Según la Iglesia, la superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone, cada vez que atribuimos un "milagro" al hecho de compartir una publicación de Facebook, mensaje, correo, o a que ese día llevábamos puesta nuestra medalla de la suerte de la virgencita de Guadalupe; restándole importancia a quien abre los mares y es el único que realiza milagros, o sea, Dios.

    Esta es una de las ofensas más graves que le podemos hacer a Dios. Siempre que compartes ese tipo de cadenas, contribuyes a difundir la superstición e ignorancia. Cada vez que compartes una cadena, pecas y haces caer en pecado a los demás.

    Dios, que es la fuente de la misericordia, nos perdona estas faltas de fe, de confianza e infidelidades. Pero nuestro deber como auténticos cristianos católicos, es confiar ciegamente en Él, entregándole nuestra voluntad, y dejando que guíe

    nuestras vidas. Esto se logra con la oración, con el estudio de la Biblia, la palabra de Dios, escuchándola y sobre todo practicándola. Artículo publicado originalmente en CatolicoDefiendeTuFe.org

    Discusiones sobre aspectos particulares del catolicismo

    Si uno afirma que la Iglesia católica no viene de Dios ni esté asistida por el Espíritu Santo...


    La prensa, el cine, las personas, incluso algunos gobiernos, han puesto y ponen en duda aspectos particulares del catolicismo.

    Así, surgen discusiones sobre la vida religiosa contemplativa y su "utilidad". O sobre el celibato de los sacerdotes. O sobre la moral sexual, especialmente sobre la anticoncepción. O sobre la infalibilidad del Papa.

    La lista podría ser mucho más larga. Normalmente las discusiones y dudas surgen al confrontar un punto de la doctrina católica con ideas culturales, filosóficas, científicas o de otro tipo difundidas en nuestro tiempo.

    Las discusiones y los debates pueden desarrollar con mayor o menor profundidad. En ocasiones, se centran en puntos concretos y dejan de lado otros aspectos que son vistos como menos relevantes.

    En realidad, la discusión sobre un punto de la doctrina o de la moral católica no puede dejar de lado una serie de preguntas fundamentales: ¿quién fundó la Iglesia católica? ¿Qué garantías de verdad ofrece? ¿Existe un Dios detrás de su existencia?

    Esas y otras preguntas permiten afrontar las discusiones sobre otros puntos en una óptica global. Porque criticar a la Iglesia porque no permite la ordenación de las mujeres y no decir nada sobre la creencia católica sobre la Resurrección de Cristo resulta extraño y conlleva el riesgo de perder la perspectiva correcta.

    Por eso, antes de criticar esta o aquella enseñanza de los católicos, vale la pena detenerse sobre los avales (o la falta de los mismos) que la Iglesia tenga a la hora de presentarse a sí misma como fundada por Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo de María.

    Solo entonces la discusión sobre un punto concreto estará mejor contextualizada. Porque si uno afirma que la Iglesia católica no viene de Dios ni esté asistida por el Espíritu Santo, el debate se desarrollará de un modo muy diferente respecto a otro que sí acepta que Dios fundó a la Iglesia y la sostiene y acompaña a lo largo de los siglos.

    Conviértete, nadie está seguro cómo ni cuándo terminará su vida 

    Papa Francisco durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este jueves 28 de febrero Por: Redacción | Fuente: Catholic.net

    Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este jueves 28 de febrero, el Papa Francisco invitó a no posponer la conversión, "porque nadie está seguro ni cómo ni cuándo terminará su vida".

    El Pontífice subrayó la importancia de no dejarse dominar por las pasiones: "No sigas tu instinto, tu fuerza, siguiendo las pasiones de tu corazón. Todos tenemos pasiones, pero permanece atento, domina las pasiones".

    No obstante, también recomendó tener a mano las pasiones, porque "no son cosas malas, son, digámoslo así, son la sangre para sacar adelante muchas cosas buenas, pero si no eres capaz de dominar tus pasiones, entonces te frenarán".

    De todos modos, invitó a no ser temerario y no retrasar la conversión pensando que "al final te librarás porque Dios es misericordioso".

    Se puede pensar: "'Ah, hasta ahora me he librado...'. No. Hasta ahora te has librado, pero más adelante no lo sabes... No digas: 'La compasión de Dios es grande, me perdonará mis muchos pecados', y así voy adelante haciendo aquello que quiero. No pienses eso".

    Explicó que es el mismo consejo que se ofrece en la lectura del día del Eclesiástico: "No esperes para convertirte al Señor, no esperes para cambiar de vida, para perfeccionar tu vida, para arrancar las malas hierbas. No esperes para convertirse al Señor y no lo pospongas día tras día, porque de improviso se desencadenará la ira del Señor".

    "Nadie está seguro de cómo terminará su vida, ni de cuándo terminará", por eso, animó a "gobernar las propias pasiones y no ser gobernados por ellas". En este sentido, el Papa invitó a hacer un pequeño examen de conciencia cada día para convertirse al Señor.

    "Esos cinco minutos al terminar el día nos ayudarán a pensar y a no posponer la transformación del corazón y la conversión al Señor", concluyó.

    Lectura comentada por el Papa Francisco: Eclesiástico 5:1-8 

    1 En tus riquezas no te apoyes ni digas: «Tengo bastante con ellas.» 

    2 No te dejes arrastrar por tu deseo y tu fuerza para seguir la pasión de tu corazón. 

    3 No digas: «¿Quién me domina a mí?», porque el Señor cierto que te castigará. 

    4 No digas: «Pequé, y ¿qué me ha pasado?», porque el Señor es paciente. 

    5 Del perdón no te sientas tan seguro que acumules pecado tras pecado. 

    6 No digas: «Su compasión es grande, él me perdonará la multitud de mis pecados.» Porque en él hay misericordia, pero también hay cólera, y en los pecadores se desahoga su furor. 

    7 No te tardes en volver al Señor, no lo difieras de un día para otro, pues de pronto salta la ira del Señor, y perecerás al tiempo del castigo. 

    8 No te apoyes en riquezas injustas, que de nada te servirán el día de la adversidad.

    Vivir con Alegría

    Hay que pedirle a Dios el arte de sonreír.Por: José Guillermo García Olivas | Fuente: Catholic.net

    Un día me senté simplemente delante de mi ordenador con la idea de escribir los pensamientos y sentimientos que brotaran de mi mente y de mi corazón.

    Una vez que empecé, me sorprendí de lo fácil que era seguir escribiendo sobre mi mismo, sobre mis amigos y familia y sobre Dios. Mucho de lo que escribo forma parte de mi vida. No intento ser original sino auténtico. A veces no me gusta ser como soy, pero sí, ser el que soy. Me gustaría claro, tener esas virtudes de las que sin duda carezco y derrochar más amor hacía los demás.

    Sin embargo no quisiera ser otra persona ni parecerme a nadie sin otro fin, que poder dar el máximo de mi mismo, porque estoy convencido que uno tiene que empezar a aceptarse y amarse así mismo, para poder aceptar, amar y ayudar a los demás.Además, uno debe poseer un punto muy especial de agradecimiento, cuando recibes la alegría de alguien que te dice que una palabra tuya le fue útil. Y consideras que es un milagro, estar en cierto modo viviendo en los demás esa misteriosa forma de fecundidad que hace que la alegría, idea o ganas de vivir nazca en un alma diferente de la tuya.Por todo ello, puedo comprender lo que hace unos días me decía mi amigo Gilberto, del que ya he hablado en estos escritos, que padece una horrible soledad motivada por la fuerte depresión que le supuso entre otras cosas la ruptura de su matrimonio.Comentaba Gilberto que después de mucho meditar sobre su estado de pesimismo casi crónico, se había dado cuenta de que verdaderamente su asignatura pendiente más importante en su carrera de hombre, había sido la de no dar ante todo culto a la alegría. Que tal vez no se haya podido recuperar de su tristeza acordándose de cuando era niño, de los sufrimientos de entonces, de la miseria de los años cuarenta y cincuenta, de todo los que se nos vino encima, guerras, posguerras, hambre y falta de libertades, por culpa de radicalismos, ambiciones y rencores de mucha gente.

    Yo le digo que lo primero que deberíamos entender todo hombre, es que los humanos, no nacemos felices ni infelices, sino que la vida nos enseña a ser una cosa u otra y que nuestro éxito será el saber elegir entre buscar la felicidad o aceptar la desgracia. Que en cualquier modo la felicidad nunca es completa en este mundo, pero que aún así, hay motivos más que suficientes de alegría a través de nuestra vida, sin dejarnos llevar por el sueño de conquistar la felicidad entera. Sinceramente no creo que haya recetas para conseguir la felicidad, pero una clave sería la de descubrir la nuestra propia, que por supuesto sería distinta de la de nuestros amigos.No sé, pero me parece a mí que la clave de la alegría sería descubrir que no es que la vida sea aburrida y nos llene de problemas, si no que los que somos aburridos somos nosotros que hemos olvidado el tesoro que tenemos en la bodega de nuestra alma y somos incapaces, a veces, de dar solución a problemas que podrían tener solución a poco que lo intentáramos.A mí me desconcierta la gente que parece vivir para la tristeza y se olvida de pedir a Dios el supremo arte de sonreír y de estar alegres

    Siempre he sentido envidia de aquellas personas que permanecen alegres y que poseen una sonrisa sana y constante. Reconozco que existen sonrisas mentirosas, irónicas y despectivas. Pero yo no hablo de éstas, sino de las que nos ofrece con su pureza un niño de ocho meses, o la de los viejitos que nos la regalan con facilidad y llenas de sinceridad. Y por supuesto las que surgen de un alma iluminada que por amar mucho, sonríe fácilmente y siempre suele estar alegre, porque sabe que la sonrisa y la alegría, producen paz. Un amargado jamás sabrá sonreír y un orgulloso menos.Uno, sin poder evitarlo tiene que recordar a Juan XIII, al llorado y querido Roncalli, que mantenía siempre una beatífica sonrisa en sus labios, para entender que con hombres alegres, serenos, sonrientes, abiertos, confiados y humanamente cristianos como él era, el mundo estaría salvado.Tal vez por ello, a lo largo de mi vida he pensado muchas veces, algo que me comentaba en mis años de adolescente, aquel viejo Profesor escolapio José de Calasanz: "El mal provoca tristeza y el bien alegría. La tristeza es una gran sensación de vacío y de fracaso, mientras que la alegría produce al que la siente, el mayor gozo del mundo. No olvides nunca que un mundo en el que los viejos fueran tristes y los adultos serios y aburridos sería una tragedia. Pero una tierra de jóvenes hastiados y pasotas sería una catástrofe".

    ¿Es bíblico el Adviento?

    Es verdad que Escritura no tiene la palabra Adviento, pero eso no justifica afirmar que este periodo de tiempo no tenga soporte bíblico 

    1.- INTRODUCCIÓN:

    Hemos empezado una de las etapas del año litúrgico más hermosas, "El Adviento", en esta etapa debemos preparar nuestro corazón y nuestra mente para la venida del Señor, en estas NAVIDADES. Las Navidades no son fiestas de consumo y gastos, sino son tiempo en el que debemos vivir humilde y sencillos pues el Rey de Reyes nació en un pesebre, es por eso que este adviento tiene que ayudarnos a despegarnos de lo material para hacernos más espirituales y que así vivamos la NAVIDAD de manera más espiritual, pues debemos recordar la Escritura:

     Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.  Mateo 6:21

     ¿Cuál es  tu tesoro?

     Esta pregunta nos la deberíamos hacer todos, y seguramente la respuesta sería en diferentes cosas, ninguna de ellas espiritual sino material: Dinero, familia, bienes, casas etc. Sin embargo nuestro tesoro debe ser nuestra fe en Cristo, teniendo de tesoro cosas materiales, estamos caminando en tinieblas....pero ahora nos advierten de que una gran luz está a punto de nacer, por lo que esta luz debe iluminarnos a seguir el camino correcto, así que pueblo de Dios, prepara tu corazón para recibir la LUZ DEL MUNDO.

    El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Isaías 9:1

    ¿Y vosotros queréis ver esta luz?....entonces debemos prepararnos para ello, porque no todos pueden ver esta luz, algunos están ciegos, ya lo dice la Escritura:

    Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Juan 1:11

    ¿Cuantos conoces que no quieran recibir esa luz?... Pues esa es nuestra función que todos reciban la luz, y no existan ciegos en el mundo, pero para recibir esa luz, en este tiempo litúrgico debemos preparar nuestro corazón, esta es la finalidad de este artículo dar las bases de este tiempo litúrgico, su importancia y dar unos consejos para prepararnos para recibir a Cristo.

    2.- FUNDAMENTO BIBLICO DEL ADVIENTO:

     El Adviento es un tiempo litúrgico que comienza en el Domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca cuatro Domingos. El primer domingo puede adelantarse hasta el 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días. 



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